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"En la parroquia Flavio Alfaro,
en una antigua ocasión,
ha pasado este suceso
que es causa de admiración.
Ricarte con voz postrera
le dijo así a Rebequita:
si usted me da su cariño
la saco de cocinera,
y le aseguró quererla
con toda fe hasta que muera.

Ricarte pensó bonito,
con su lenguaje de rana,
me he de subir por el tronco
y me he de bajar por la rama.
Este caso es vergonzoso,
señores nos causa risa
que unos vistan el altar
para que otros digan misa,
el castigo está a la vista
que todo el mundo celebra
que fue oscuridad de casa
y candil para de afuera.

Rebeca le contestó
con sus palabras muy dignas:
le prometo mi cariño
pero si usted educa a Pepina.
El galante contestó:
usted será mi matrona,
a Pepina le doy estudio
y también una vacona
y en mi hogar se encontrará
como una celestial paloma.

Rebeca llena de injuria
le dijo la realidad:
ni te burlas de mi hija
ni de mí te burlas más,
eres un gran persuadido,
qué feo ejemplo que das,
también eres inconsecuente
que tienes conciencia de ratón
me juraste que a Pepina
le dabas la educación”.