Adriano Genaro Alcívar Murillo

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Adriano Genaro Alcívar Murillo

 

 

 

Nació el 19 de junio de 1921 en la cabecera cantonal de San Vicente, provincia de Manabí, en Ecuador, donde al momento de hacerle la entrevista, en el año 2002, seguía residiendo. A esa fecha, con más de cuarenta años de experiencia en la mecánica, compartió valiosa información sobre la historia de su cantón, amorfinos, chigualos y sobre la estructura de las fiestas religiosas populares. Sus memorias están contenidas en un libro publicado en el año 2004.

En el año 1938, en esos años no había carreteras, ¿no?, y entonces la mercadería se traía por motovelero de Guayaquil y esa mercadería se distribuía de Bahía para Calceta, para Tosagua y para Chone. Pero coincide que, en esa misma época, tal como había motoveleros que traían la mercadería de Guayaquil, también aquí había un ferrocarril que iba de Bahía a Chone, Calceta y Tosagua. Entonces, en el ferrocarril iba toda esa mercadería a esos tres pueblos. Claro que era, por ejemplo, un punto de dispersión aquí Bahía, pero cuando llegaba la mercadería -por decir, llegaba a Chone- en Chone ya los comerciantes la repartían a otros lugares de los campos. Ya ustedes deben de comprender, ¿no? Lo mismo sucedía en Tosagua y Calceta, y el ferrocarril hacía dos servicios: llevaba la mercadería y luego venía trayendo los productos que se cosechaban allá en esas partes. Entonces había un intercambio, y al mismo tiempo daba fuentes de trabajo.

Había mucha gente que trabajaba, como nosotros ya bajábamos en esa época, las personas cuadrilleras, los hombres de saco, que cargaban los quintales, movían la carga, esa gente ganaba muy buen dinero, y también los comerciantes. Ahí se derivaba mucho, servía para todo. O sea que, cuando hay circulante, de todos modos, aún cuando usted sea el comerciante, usted solamente no gana: ganan todos los que por medio del comercio, por medio de la industria, el dinero pasa a manos de muchas personas. 

Eso sucedió en esos años, el 38. Y en el mismo año del 38, podemos hablar las mismas cosas de aquí de San Vicente. Aquí hubo también un señor que se llamaba Horacio Gostalle, él tuvo un negocio de exportación de tagua y esa tagua la elaboraba justamente aquí donde está el campo de aviación; todos esos terrenos eran de él, tenía grandes patios de tagua. La tagua la traían de Esmeraldas y la tiraban a secar en esos patios y luego que estaba seca las hacían pelar. Ahí pelaban tagua mujeres y hombres, ¿no? Para... esa tagua, luego que estaba seca, la llevaban a unos bunques, se llamaban así, bunques, que se ponían dos paredes de los laterales y con macetas golpeaban la tagua para pelarla y luego esa tagua la preparaban para embarcar, y en Bahía había una agencia que se llamaba Casa Tagua, un almacén que también compraba tagua.

Toda esa tagua iba a Alemania en esa época, le digo esto porque los sacos de tagua que ya los preparaban, les ponían una marquilla, una tela en forma de marquilla con la letra y le pasaban una brocha con pintura y quedaba pintado y decía “Hamburgo”, eso iba a un puerto de Alemania que se llama Hamburgo”.

 

Información disponible en el repositorio: Material fotográfico, negativos fotográficos. Las entrevistas completas están contenidas en el libro "Proyecto de Recuperación de la Tradición Oral de la Provincia de Manabí", publicado con auspicio del GAD Municipal Portoviejo en el año 2004.
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